Todos conocemos a alguien que cree en mitos y mentiras sobre las lentes de contacto. Pero, seamos sinceros, ¿esas historias realmente son ciertas? Spoiler: probablemente no. Desde dormir con tus lentes (gran error) hasta pensar que puedes enjuagarlas con agua del grifo (doble error), hay mucha información incorrecta circulando. Estamos aquí para aclarar los mitos más comunes sobre las lentes de contacto para que mantengas tus ojos sanos y radiantes. ¡Vamos a descubrir la verdad!
Mito 1: Dormir con tus lentes de contacto está bien, especialmente para una siesta rápida.
Dormir con lentes de contacto, incluso en una siesta corta, aumenta significativamente el riesgo de infecciones oculares. ¡Es un rotundo NO!
POR QUÉ: Cuando duermes, tus ojos reciben menos oxígeno. Las lentes de contacto actúan como una barrera, reduciendo aún más el flujo de oxígeno. Esto favorece el crecimiento de bacterias, lo que puede causar úlceras corneales y otras infecciones graves. Las lentes de uso prolongado están diseñadas para períodos extendidos, pero no para usarse todo el tiempo. Tus ojos necesitan oxígeno para mantenerse sanos.
Mito 2: Puedes limpiar tus lentes de contacto con agua del grifo.
¡NO! ¡Está prohibido! El agua del grifo contiene microorganismos que pueden causar infecciones oculares graves.
POR QUÉ: El agua del grifo, incluso filtrada, no es estéril. Puede contener bacterias, amebas (como Acanthamoeba) y otros patógenos que provocan infecciones oculares graves, incluyendo la queratitis por Acanthamoeba, que puede causar ceguera. Usa siempre una solución estéril y multifuncional para lentes de contacto.
Mito 3: No es necesario frotar tus lentes al limpiarlas.
Frotar tus lentes es esencial para eliminar residuos y bacterias.
POR QUÉ: Solo enjuagar no elimina toda la suciedad de tus lentes. Frotarlas suavemente con los dedos (después de lavarte bien las manos) ayuda a desprender depósitos y bacterias. Luego, enjuágalas con solución nueva. Este paso es fundamental para mantener tus lentes limpios y seguros.
Mito 4: Puedes usar tus lentes de contacto más tiempo del recomendado.
¡NO! Usar las lentes más allá del tiempo recomendado aumenta el riesgo de irritación e infecciones oculares.
POR QUÉ: Las lentes de contacto están diseñadas para un tiempo de uso específico. Usarlas más tiempo provoca acumulación de proteínas y lípidos, sequedad y menor oxigenación. Esto no solo incomoda tus ojos, sino que también aumenta considerablemente el riesgo de infección. Respeta siempre el tiempo de uso recomendado, ya sea diario, quincenal o mensual.
Mito 5: Puedes compartir tus lentes de contacto con amigos.
¡GRAN ERROR! Compartir lentes de contacto es una forma segura de transmitir infecciones oculares.
POR QUÉ: Compartir lentes de contacto es un gran error. Puede transmitir bacterias, virus y otros patógenos de una persona a otra. Cada persona tiene una flora microbiana ocular única. Compartir lentes puede introducir microorganismos que tus ojos no pueden combatir, provocando infecciones.
Mito 6: Si tus ojos no están rojos, están bien.
El enrojecimiento es solo uno de los síntomas; pueden existir problemas sin que los ojos se vean rojos.
POR QUÉ: Que tus ojos no estén rojos no significa que estén sanos. Otros signos de irritación o infección incluyen molestias, visión borrosa, lagrimeo excesivo, sensibilidad a la luz y sensación arenosa. Si tienes alguno de estos síntomas, retira tus lentes y consulta a tu especialista.
Mito 7: Todas las soluciones para lentes de contacto son iguales.
Las soluciones tienen distintos propósitos y niveles de eficacia.
POR QUÉ: No todas las soluciones para lentes de contacto son iguales. Algunas están diseñadas para tipos específicos de lentes, otras ofrecen distintos niveles de limpieza y desinfección. Usar la solución incorrecta puede causar irritación, molestias e incluso dañar tus lentes. Usa siempre la solución recomendada por tu especialista o el fabricante.
Mantener tus ojos sanos mientras usas lentes de contacto depende de estar informado y cuidarlos adecuadamente. No te dejes engañar por estos mitos comunes. Prioriza siempre la higiene, sigue las indicaciones de tu especialista y escucha a tu cuerpo. Si tienes dudas, no dudes en consultar a tu profesional de la salud visual. ¡Tus ojos te lo agradecerán! Recuerda también mantener limpio el estuche de tus lentes y reemplazarlo regularmente. ¡Cuídate y mantén tus ojos radiantes!